miércoles, 20 de febrero de 2008

Martes y Miércoles

Mi amigo Enrique tiene razón, lo que este Lobo necesita es una chela (o tres) así que con él me pondré de acuerdo para afanarnos en esa búsqueda del ambarino y fortificante líquido, el cual siempre es acompañado de una excelente charla (el buen Enrique es un gran conversador) y de tantos y tantos planes, además las brewskies, serán no contra la depre, si no para el puro festejo, del cual les platicaré más adelante.
Como les he mencionado de todos los días de la semana, el que siempre me da más sorpresas es el Martes, creo que al dios de la guerra le caigo de variedad, pues ayer Martes, me llamaron para ofrecerme otro trabajo y en ese sitio me encontré con una amiga de hace muchos ayeres, siempre es grato encontrarse con gente y que además te recuerden con cariño y no te anden cobrando algo.
Después de ese encuentro acudí a mi Universidad pues finalmente tomé protesta como Licenciado en Derecho o sea que ya es oficial y obvio motivo de regocijo; para rematarlo, fuí a compartir ese logro con el motor de mi vida, mi Lobito, a quien le llevé unas donitas y un litro de leche para que cenara (dentro de algunos años el festejo, pueden estar seguros, será o en el Afán o en la Polar o en algún otro lado), ya más tranquilo con la Mamá del Lobato, nos requerimos el darle celeridad al divorcio, cosa que finalmente ya estaba casi resuelto, ese "casi" ahora "era".
Llegando a casa todo siguió bien, en verdad bien, recibí abrazos y besos; es lindo eso. Pero analizando la situación (y como alguien especial me lo dijo, es un momento anticlimático), al fin soy Abogado y ¿so?, al fin soy un hombre libre ¿so?, terminé "La Ciudad de la Alegría" y no me gustó el final ¿so?, me doy cuenta que la meta no es lo más importante, si no el camino hacia ella, es lo que de verdad llego a disfrutar o a odiar.
Hoy me despertó el ratón Timoteo, sí, el mismísimo de Dumbo, me dijo que es momento de volar sin la "pluma mágica", dejar de pretextar alguna desgracia para volar, dejar de sabotearme para poder volar, dejarme de pendejadas para poder volar. ¡Gracias Timoteo, en verdad lo haré!
No dejen de contemplar el eclipse lunar de hoy, según el S.M.N. será una noche despejada y se apreciará en todo su esplendor, es maravilloso saber que la Luna aunque oculta sigue en el cielo.
Aullidos de mitad de semana para ustedes.

lunes, 18 de febrero de 2008

En Lunes, ni las gallinas ponen.

Y yo no quisiera ser la excepción, pero no es así, ando poniendo, digo, trabajando y aunque ayer, domingo fue extraño, porque de una u otra manera a veces uno no nota el paso del tiempo como ayer lo noté.
Fuí a dejar al Lobito con su mamá, y mi Compadre (Padrino del Lobito) estaba llegando, lo saludé, sus hijos grandísimos, tenía más de dos años de no verlos, salieron más sobrinos políticos, los cuales me saludaron muy bien, todos enormes, me sentí viejo.
La mamá de Lobito, haciendo bromas (pesadas por supuesto) sobre lo que ahora ya no somos, fue como un mimo triste, como payaso vagabundo ese sentimiento de lo que nunca fue. Me acordé y así lo sentí, que lo mal que se había portado este Lobo, simplemente fue pretexto de lo que ya no quería desde hace mucho tiempo. Eso sentí.
Sentí además un profundo sentimiento de vacío, aunque jamás me gustó ir a esa casa, me sentí extraño al dejar ahí a mi Cachorrito, y más aún el darle la espalda a una familia.
Eso me hizo sentir un poco deprimido, conduje mi chicharito hacia el sur, por eje 1, sin percatarme llegué hasta Churubusco, ahí le llamé a Elena, necesitaba desahogar esa grima, ella no estaba, pero no tardaría demasiado. Caminé hacia Centro Coyoacán, mucha gente, muchas familias y este Lobo solitario, caminando en círculos, subiendo y bajando escaleras eléctricas, siendo seguido por elementos de seguridad de la plaza comercial (¿en verdad tengo cara de maleante?) caminé y recordé, o quise olvidar.
Llegó Elena, también deprimida, juntos nos escuchamos y vimos una película de lo más boba, nos reímos, me preparé una malteada con super chocolate, ella una quina, nos comenzamos a sentir mejor en el desahogo, finalmente en seis minutos nos percatamos que el día a pesar de haber sido extraño, concluía muy bien, sin tanto peso sobre los hombros.
Llegué a mi casa, cené comida china y decidí soñar.
Hoy me levanté con el pié izquierdo, tenía flojera, pero me encontré conque estoy vivo y mientras continúe con esta gracia, seguiré "poniendo" también los días lunes.