El sábado fue una auténtica aventura, Ele me invitó a una comida de cumpleaños de un amigo de ella en Tepoztlán (traje de baño incluído) y ella manejó, conocí a Juan Carlos un norteño amable y bien parecido con el que fuimos y regresamos. La comida en honor a Julio y por supuesto me hice propaganda obsequiándole un libro. Hubo tostadas y un delicioso pastel de queso con rompope y el ambiente aunque un poco aplatanado a veces, se llegó a disfrutar, yo en mi onda con 4 clamatos con tequila encima, nade y nade como manatí.
De regreso a la Ciudad, me fuí en metro a casa, el viaje a la realidad cotidiana y casi de madrugada inspiradora de manera distinta, pensé en que la vida cambia a dos horas de distancia de cualquier punto. En la tarde admirando al maravilloso y mítico Tepozteco y al anochecer metro eugenia, etiopía, centro medico...
Por supuesto los clamatos habían desaparecido y llegando a casa me conecté, encontré a mi Reyna de Roma con quien charlé hasta las 5 a.m. más o menos.
En general esto pasó el sábado. Un día maravilloso de práctica de tolerancia (me toleraron que es ganancia) y de conocer un poco más de la vida, de la unión y la solidaridad.
Saludos a Julio y a Gerardo, gracias por su hospitalidad.
De regreso a la Ciudad, me fuí en metro a casa, el viaje a la realidad cotidiana y casi de madrugada inspiradora de manera distinta, pensé en que la vida cambia a dos horas de distancia de cualquier punto. En la tarde admirando al maravilloso y mítico Tepozteco y al anochecer metro eugenia, etiopía, centro medico...
Por supuesto los clamatos habían desaparecido y llegando a casa me conecté, encontré a mi Reyna de Roma con quien charlé hasta las 5 a.m. más o menos.
En general esto pasó el sábado. Un día maravilloso de práctica de tolerancia (me toleraron que es ganancia) y de conocer un poco más de la vida, de la unión y la solidaridad.
Saludos a Julio y a Gerardo, gracias por su hospitalidad.