Me complace motivar a los que lloran y mucho más, si son hombres. Que esas lágrimas, que según tú son derramadas, sean de provecho y no sólo de exhibción. Aprenda usted, escritor a sacar beneficio del dolor como seguramente lo hacen los de su profesión. Le pongo un ejemplo:
"Llorar a lágrima viva. Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño. Llorar ante las puertas y los puertos. Llorar de amabilidad y de amarillo. Abrir las canillas, las compuertas del llanto. Empaparnos el alma, la camiseta. Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto. Asistir a los cursos de antropología, llorando. Festejar los cumpleaños familiares, llorando. Atravesar el África, llorando. Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos no dejan nunca de llorar. Llorarlo todo, pero llorarlo bien. Llorarlo con la nariz, con las rodillas. Llorarlo por el ombligo, por la boca. Llorar de amor, de hastío, de alegría. Llorar de frac, de flato, de flacura. Llorar improvisando, de memoria. ¡Llorar todo el insomnio y todo el día!" Oliverio Girondo
¿Por eso te late la rola esa de los Castro de "Llorar por dentro"? Soy de la banda de pensar en ese momento de soltar de golpe agua y sal y mucígeno por los lacrimales. Lamento no tener tan buena facultad de hacerlo. Pocos han sido los testigos de mis làgrimas y dado que salieron tantas este año (como 10 minutos de llanto en total, juntandolas tres ocasiones) guradaré mi escasa producción para la próxima década, o cuanod mi cuerpo aprenda a hacer lo con más fluidez y cada que sea necesario...
4 comentarios:
Lobo, Lobo... tus aullidos son como lamentos. ¿Contarás lo que te pasa?
Abrazos
Ayyyyy dolorrrrrr...
Ya me volviste a dar!!
Me complace motivar a los que lloran y mucho más, si son hombres. Que esas lágrimas, que según tú son derramadas, sean de provecho y no sólo de exhibción. Aprenda usted, escritor a sacar beneficio del dolor como seguramente lo hacen los de su profesión. Le pongo un ejemplo:
"Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!"
Oliverio Girondo
¿Por eso te late la rola esa de los Castro de "Llorar por dentro"? Soy de la banda de pensar en ese momento de soltar de golpe agua y sal y mucígeno por los lacrimales. Lamento no tener tan buena facultad de hacerlo. Pocos han sido los testigos de mis làgrimas y dado que salieron tantas este año (como 10 minutos de llanto en total, juntandolas tres ocasiones) guradaré mi escasa producción para la próxima década, o cuanod mi cuerpo aprenda a hacer lo con más fluidez y cada que sea necesario...
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