Martes, otra vez más sueños

El Lobo dice...
Queridas lectoras, amables lectores.
Estamos acercándonos a la época de las cavilaciones, de las meditaciones y reflexiones sobre un año caótico, de cambios bruscos y de economías dispares, un año que nos ha dado tantos gustos y tantos otros pesares, un año en el cual este Lobo se ha alejado de lo que más ama en el mundo para seguir un bienestar para ese Lobito (quien ya es Lobato Scout), de una abstención sexual no premeditada y desbocada en sueños húmedos e historias vía messenger. Un año en el cual he conocido nuevos retos, en donde me he dado cuenta que con quien cuentas no esta y de aquellas personas quienes no esperas nada lo recibes todo, un año en el cual he dedicado miles de palabras a decir nada, a contar mi vida simplemente, no para ustedes, mejor dicho a contarme a mi mismo lo que voy viviendo para cometer los mismos errores, esta vez con conocimiento de causa. Un año en el cual retorné al campo laboral, con más desilusiones que alegrías, trecientos cincuenta y pelos de días en los que dejé a la deriva algunos proyectos que deseaba ver coronados este año, pero que siguen vigentes. Doce meses de constante incertidumbre, en los cuales escribí cuentos más cortos, pero más jugosos, un año de más de treinta libros leídos (que no todos buenos), pensando en que el año que viene esa suma deberá duplicarse, cuarenta y tantas semanas en las cuales mi vida se fue agotando y renovando, conociendo y reconociendo gente importante en mi vida, un chingo de horas delante de esta pantalla, leyéndolos o escribiéndoles, tiempo que ha pasado y no se recupera, tiempo bien vivido, bien comido y bien en general.
El año que viene, al cual no temo encarar, pues me tengo a mi y a mi Lobito, el primero quien lo vive el segundo por quien lo vivo.
No haré más propósitos este año que llega, trataré de concretar los que dejé atrás, recuperarme y salir airoso nuevamente.
Mientras pienso en lo que ha quedado atrás, disfruto lo que tengo ahora, sin pensar mucho en lo que me depara el destino, el futuro o como quieran llamarlo.
Hoy sé que es martes, que aquí no hace frío, que es como mi septiembre en la Ciudad de México.
Aullidos cariñosos para ustedes.