El Lobo dice...
Queridas lectoras, amables lectores.
¿por qué nos encantan las relaciones complicadas? ¿qué pasa por nuestra mente cuando sabes que estás a punto de encontrarte con un sin fin de problemas, porque cuando se quiere no se puede o porque cuendo se puede no se quiere?
¿qué deseamos en verdad nosotros como seres amantes?
Acaso es el saber que existe alguien a quien torturar o ser su víctima.
No sé, a mi eso de las relaciones no se me ha dado muy bien que digamos, me han roto el corazón en múltiples ocasiones y formas, también yo he roto corazones, algunas veces a proposito, otras por omisión o por simple pendejez, pero digamos que en eso ya he adquirido experiencia y me he hecho más fuerte y mañoso.
Algunas veces la he hecho de manzana de la discordia, de consolador (sin pilas), de cómplice, de amante, de amigo para los picones.
Algunas otras veces sí he estado enamorado y me han hecho ser lo que no pensé ser, pero que funcionó al momento.
De todas esas experiencias, buenas y no tan buenas, me queda la inspiración siempre. Me regalan personajes, situaciones, llantos y con el paso del tiempo, un rico sabor de boca, o de perdis una sonrisa furtiva.
Me gusta soñar, eso no hay duda, el imaginar a una mujer ajena a mi merced, debajo o sobre mi cuerpo, dentro o fuera de ella es perversamente delicioso, el imaginar la mejor manera de besar, de abrazar, de abrasar en verdad. No es por darlo a desear pero aveces es mejor en la vigilia.
Todo el rollo anterior queridas lectoras, amables lectores, es para decirme a mi mismo que he vivido y he disfrutado, que hoy por hoy esta soledad ha sido la consecuencia de un crecimiento interior y que cada vez me es más fácil el compartirme, hasta con ustedes.
Los dejo un momento, con palabras que intentan ser poesía:
Bendigo la lluvia tibia que cubre tu piel,
y abrevo esas gotas transparentes que has impregnado con tu esencia.
Bebo despacio, acariciando más que bebiendo,
devorándote a lenguatazos,
dejándome mojar por tu lluvia interna, brisa,
empapándome de ti.
Aullidos para ustedes.
P.S. Admirado Señor Gustavo:
Atreverse, eso es todo.
No pido ni siquiera el 10% restante, tampoco 5%, y no es ser conformista.
No volverá a suceder, mi silencio otorgó el derecho al reclamo. Y con el mismo, acepté también guardarlo.
Pero aqui no, no podría jamás dejar de escribirte, de leerte, de escucharte, sobre todo eso.
Aullidos para ti.
4 comentarios:
quizá lobito somos un poco masoquistas
como parte del clan de quienes hemos llevado una "tormentosa" vida sentimental no puedo más que estar de acuerdo contigo en:
De todas esas experiencias, buenas y no tan buenas, me queda la inspiración siempre. Me regalan personajes, situaciones, llantos y con el paso del tiempo, un rico sabor de boca, o de perdis una sonrisa furtiva.
De todos los hombres que he tenido, me quedo con sus recuerdos, con su tacto en mi piel y su aroma en mi pelo
La respuesta es simple, Lobo: ¡Nos gusta que nos hagan sufrir y hacer sufrir! Nunca estamos conformes con lo que tenemos, por eso nos aventamos sin paracaidas en relaciones complicadas o tan simplistas que no llegan a nada y que en el momento funcionan como escape.
Lo realmente interesante del asunto es saborear los recuerdos que cada amor dejó en nuestra vida. Con todo y dolorcillos y sinsabores! Pues todo eso nos va formando como entes amantes.
Bueno... eso digo yo!
Besos.
Comparto opinión con Andrea, todos tenemos algo de emo. Nos encanta sufrir y más aún si tenemos la posibilidad de que NOS VEA SUFRIR la causante de nuestros males. Es tonto, sí pero por alguna razón nos la pasamos añorando una relación y después nos cuesta un huevo no perder la parte romántica, la sorpresa y lo espontaneos. Humanos somos.
Dentro de todolo malo o lo bueno que encierran esas relaciónes de amor y desamor, en tu caso estimado Lobo, dejan inspiraciónes que serán algún día transformadas en letras, en palabras y textos.
un abrazo.
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