Trigésimo segundo post del año o el Lobito ya se fue

El Lobo dice...
Queridas lectoras, amables lectores.
Este Lobo, a pesar de ser Martes, se siente un poco triste, hoy regresó mi Lobito a la Ciudad de los Palacios, pasamos una semana juntos, muy contentos, comiendo de todas las delicias que hay que degustar por estos lares, y con un ligero dolor de estómago.
También me di cuenta que tanto la Mamá del Lobito, como este Lobo, se siguen llevando bien, creo que aceptamos que somos amigos y que compartimos una maravillosa responsabilidad, de ahí en fuera sólo eso, amigos.
Fueron días muy gratos, de ver cómo ha crecido mi Lobito, verlo disfrutar y compartir ese entusiasmo.
Ahora ambos volvemos a la realidad, que nos separa la distancia, es cierto, pero nos unen también las palabras (me dejó unos recuerditos para hacerlos separadores de libros), también es cierto.
Hoy me prometió que le echaría más ganas a la escuela, yo le prometí conseguir un mejor trabajo para poder verlo en Semana Santa.

Hablando de otras cosas, quiero que me disculpen por el texto de ayer, fue algo muy personal, lo cual ya está sanado y entendido. A veces cuando uno le dedica tiempo y cariño a las cosas y estas son menospreciadas o poco valoradas e incluso demeritadas sin argumentos, pues uno se enoja o se siente y como he estado muy sensible... Pues he ahí el resultado. Pero como lo dije, ya pasó y quedamos en paz, Él, Yo y mi Ego.

Mañana será un nuevo gran día, mañana espero seguir acompañándolos.

Aullidos para ustedes.
Lobito: ¡Te amo hijo!