El Lobo dice...
Queridas lectoras, amables lectores:
Dejo el tono amargosón del post anterior y a pesar de alguno que otro anónimo que se enchila cuando pongo cosas lindas, me referiré a la alegría que este miércoles me comparte.
Aunque he recibido duros golpes cibernéticos, me gusta saber que siempre existe solución a los mismos. Hoy me quedé sin messenger, me siento extraño, como desconectado en realidad.
Y me he puesto a analizar nuevamente esa desdichada dependencia de los nuevos medios de comunicación.
Como criaturas postmodernistas que somos, como entes apáticos, apátridas. Nichos de confort irreal, ¿qué necesitamos en verdad?
PAra mi, el compartirles casi a diario mis pensamientos se ha convertido en una verdadera necesidad, pero bien podría ser mediante cartas o postales via correo ordinario, pero no es así, hoy, ahora uso este medio para comunicarme, bienvenido.
Pero, ¿no nos estamos esclavizando de ellos?, es cierto que debemos usar las maravillas tecnológicas como son, como verdaderas herramientas. Solamente hay que recordar que las herramientas también crean revoluciones (hoz y martillo incluídos).
¿qué nueva revolución nos espera?
¿estamos preparados para levantar nuestras herramientas/cadenas para liberarnos y liberar?
No sé a ciencia cierta, pero es preocupante que cada vez que hay un apagón, las ciudades o cuadras o edificios, dejen de respirar en una angustiosa incertidumbre.
Tal vez de todas las energías, la energía eléctrica es la que subsista después del colapso petrolero, pero no estamos en condiciones de seguir dependiendo. Mi compadre y colega Exenio, publicó unas notas harto interesantes en su bitácora de locuras y sensateces, los invito a que lo visiten y se unan a mi pequeña revolución, a la revolución del uso correcto de las herramientas, del encontrar nuevamente en el contacto humano el placer que nos han arrebatado los botones y las teclas.
Aullidos cibretrónicos para vuestras mercedes.
P.S. Divago tal vez, puede ser efecto del calor, de la duda, tuve un sueño extraño (¿en serio?) en el cual iba a una casa de una mujer (madura, guapa y desconocida) acompañado del suegro de mi hermana y en la cual se llevaría a cabo una fiesta, pero la mujer que nos recibía se encontraba en bata, mostrando un generoso escote y se sentaba en las piernas de mi amigo Franco, me hubiese gustado seguir soñando, de menos para saber si en esa fiesta que iniciaría a las tres de la mañana conocería a alguien más y que se sentaran también en mis piernas.
4 comentarios:
Sí, la dependencia a los espacios cibernéticos es impresionante y se deja sentir cuando se va la luz. Uno entra como en estado de ansiedad.
A todo esto: ¿Qué pasó que nada más no veo que subas ningún cuento nuevo al otro blog?
Saludos.
Yo opino que descanses. Quizá sea fructífera esta vacación de messenger.
¿Y si te propones continuar el sueño esta noche?
Cuando mis lagunas mentales no eran tan grandes como ahora, yo me permití varias veces continuar los sueños. Es lindo, aunque no sabré si efectivamente eran los finales verdaderos.
Feliz primavera.
Feliz calor.
Felices sueños...
un beso,
Mariposa Tecknicolor.
Yo opino que descanses. Quizá sea fructífera esta vacación de messenger.
¿Y si te propones continuar el sueño esta noche?
Cuando mis lagunas mentales no eran tan grandes como ahora, yo me permití varias veces continuar los sueños. Es lindo, aunque no sabré si efectivamente eran los finales verdaderos.
Feliz primavera.
Feliz calor.
Felices sueños...
un beso,
Mariposa Tecknicolor.
Calma Bro, todo llega para el paciente. En efecto, es un horror quedarse sin lo que hasta entonces nos reporta un disfrute; lo malo no es aprender a estar sin ello, sin a aprovecharlo "sin aprovecharse" (por cierto gracias por el crédito).
Un abrazo.
P.S.- En el caso de los sueños, comparto contigo que a veces uno querría que siguieran sin término, o que, por lo menos, se pudieran grabar, ponerles pausa y seguirlos disfrutando en mejor momento o cada vez que uno quisiera pasarla virtualmente a gusto.
GRITO
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