lunes, 7 de septiembre de 2009

Nonagésimo tercer post del año o "Cuando las palabras dicen más de lo que se quiere"

El Lobo dice...
Queridas lectoras, amables lectores.
Las palabras que de cotidiano usamos, nos mantienen en un estado de atención constante. A pesar de tener uno de los lenguajes más ricos del orbe, usamos menos de un 10% del mismo, ya que utilizamos infinidad de muletas para tratar de hacernos entender. Sin embargo, estas palabras recurrentes, se convierten en un código personal, un lenguaje propio que compertimos con quienes se dejen.
Mis palabras recurrentes son muchas, y las razones para utilizarlas son muy diversas, desde evocar lugares y personas, hasta el hacerme una tortura diaria de recuerdos dolorosos pero muy cachondos o simplemente románticos.

LAs palabras son poderosas armas, pero lo que más cuenta es la intención, es el deseo que colocamos en ellas al escribirlas o al decirlas, esa es la base de la magia, creer en las palabras.
No los aburro más, la inspiración se va de golpe, acorralado por mis musas dejo de escribir.
Luna, Suceso, Escorpión, chocolate, maravilloso, estupefacto, Lobo (por supuesto), son algunas de mis palabras favoritas. ya sabe el porque de algunas, otras son nombres, otras de mis palabras favoritas son nombres propios que hacen sangrar mis labios y mi corazón cada vez que los recuerdo.
Pero de esos, tal vez, les platique algún día.
Aullidos para ustedes.

P.S. Ayer soñé con una antigua ex-novia, Rita, morena sensual y muy inteligente, a veces y años después uno lo comprende, la felicidad que se comparte en lechos y sombreros es más válida que cualquier otra.

1 comentario:

AndreaLP dijo...

Poderosísimas palabras, Don Lobo. Si no las tuviéramos, ¡la multitud de gestos para hacernos entender!

Yo por eso dejo palabras no dichas aún, de mi corazón al tuyo.

Besos.