El resto del día fue de camelleo, fui al Centro a buscar unos libros para vender y para comprar, de ahí a la Representación de Quintana Roo a platicar sobre algunos proyectos con el Capi. De ahí al centro de lectura Condesa para mi taller de Nouvelle. La verdad estoy emocionado, todo salió bien. Terminé a tiempo la divertida noveleta "La balada del café triste" de Carson Mc Cullers. Por supuesto disfrutando el aprendizaje.
Una de mis compañeras me felicitó por mis cuentos y está encantada con "El segundo aullido" de este Lobo y prometió presentarme con una de las grandes plumas de este maravilloso País. Estoy contentísimo.
Terminando el taller me dirigí a la calle de Amsterdam al encuentro físico con Angie y su círculo de lectura. Entré a "El conejo blanco" y me llamó mucho la atención que el logo es negro. Conocí a Eve y a Ceci y por supuesto a Angie que es mucho más simpática en persona. La pasé a gusto, hicimos preguntas para Mónica Lavín y por supuesto les vendí un ejemplar del aullido a cada una de ellas (el autógrafo fue gratis).
Así es, este Lobo dentro de un conejo blanco que no es blanco sino negro (perfecto para un cuento). Acompañé a Angie y a Ceci al Metro y me regresé a esta guarida hambriento. Pues lo único que había comido era una torta de jamón en un estanquillo. Ya cenado, contento y con un ligero dolor de cabeza me despido de ustedes queridas y amables lectores.
Mañana voy con mi cachorrito a su escuelita para el festival del Día del Padre. Me siento contento, por supuesto el menú de mañana ya lo pueden imaginar.
Extraño a mi Papá.
Aullidos de media semana tirándole a fin.