jueves, 22 de octubre de 2009

Robbie Williams - Feel (subtitulo)

Queridas lectoras, amables lectores:
Estas fiebres de youtube parece fiebres terciarias. La cosa es que ando medio chiple, se acerca un cumpleaños de una persona que ya no está en mi vida, pero continúa en mi.
Recuerdo que hace dos años, más o menos, no la veo. Esporádicamente la topo en messenger y no pasa de un "hola", ayer quise llamerle, escucharla un momento, Lo hice, pero no contestó.
Creo que así es mejor, a veces uno se deja llevar por esos "lapsus lupus".
Hay quien quiere a este Lobo, por lo que es, por lo que hace, porque en estas palabras deja desbordar e interrumpe en vidas ajenas para regalar un poco de ese amor estancado que se ha quedado a punto de la putrefacción. No. No me voy a azotar más.

Aullidos cariñosos para ustedes.
P.S. Uno puede, después de gozar de una enorme alegría, voltear hacia una dulce nostalgia.
Un nudo enorme en mi garganta está a punto de estallar, así me he sentido, sentido, sentir, sentir.

martes, 20 de octubre de 2009

Centésimo sexto post del año o de ayer a hoy, hay toda una vida de diferencia.

El Lobo dice...
Queridas lectoras, amables lectores:
Como lo digo en el encabezado, de ayer a hoy, hay una vida de diferencia. Y así lo comprobé.
La vida hace todo lo posible para que uno se trague sus propias palabras. Ayer precisamente me regaló algo completamente inesperado. No, no fueron unas piernas, ni unos ojos, tampoco un par de senos ni de sesos. Todo fue así:

Llegué a la Feria Internacional del Libro de la Ciudad de México, la cual está instalada en el Zócalo de este hermosa Ciudad Capital, en busca de un conocido (por mi) Escritor, de quien sabía se encontraba como parte del comité organizador del evento.
Al llegar a la mesa que coordina el Café Literario Julio Cortázar, no encontré a mi conocido y pregunté. Una amable señorita con gafete guinda me dijo que, dadas las circunstancias de que quitaron la Feria y que hubo problemas en ajustar horarios, muchos organizadores se fueron, así como todos aquellos quienes iban a presentar libros y editoriales. La cosa me entristeció, pero...
... Y aqui viene la parte extraña y divertida del asunto...
... Me perguntó la muchachita con gafete guinda que quién buscaba al Escritor, le dije que Juan de Lobos, servidor, amigo y también Escritor. A lo cual los ojos de la niña del gafete guinda se le iluminaron y me preguntó ¿Entonces también es Escritor? ¿Ya se presentó en la Feria del lIbro? ¿trae libros? ¿puede presentarse hoy? Sí, No, No y Sí fueron mis respuestas, recordé que había visto unos de mis libros en el stand de la Editorial Amarillo Editores, donde llegué a publicar y le dije que cambiaba mi tercera respuesta por un Sí, que iba al stand de la Editorial y que regresaba de inmediato, se acercó un amable muchacho también con gafete guinda y me dijo que nos veíamos en diez minutos y que si no encontraba quien me presentara el libro, él con gusto lo haría.
Imaginen el rostro de felicidad plasmado en los tres, ellos llenaban un hueco en la programación, yo de bombero salía y me presentaba en un foro de esa magnitud y bueno, corrí como loco (siempre corro como loco) y le pedí al encargado del stand que me prestara mis lbros (sí, suena raro, lo sé), regresé en dos minutos y treinta y seis segundos. Un poco agitado, le di mi nombre a Martha (niña linda con el gafete guinda) y le tendí un ejemplar del aullido a Manuel Cuautle (muchacho amable de gafete guinda), unos minutos después estaba en el entarimado acompañado de Manuel y leyendo "La breve trayectoria de un actor XXX", cuando llegué había cinco despistados, al finalizar la charla, en la cual además platicaba sobre la manera de escribir y de dónde vienen mis cuentos, el foro prácticamente quedó lleno, si no repleto a reventar, sí seis o siete lugares desocupados, lo cual me sorprendió y me hizo pensar nuevamente que no estoy del todo negado para esto.
Así es, hoy sí tuve de qué escribir.

Aullidos cariñosos para ustedes.

P.D. Para quienes afirman que "La oportunidad la pintan calva", tienen la boca llena de razón. Se presentó la chance y ya me puedo jactar de haber participado en el programa emergente de la Feria Internacional del Libro de la Ciudad de México.

lunes, 19 de octubre de 2009

Centésimo quinto post del año o Lunes de nuevo.

El Lobo dice...
Queridas lectoras, amables lectores:
No sé de qué escribirles, nuevamente me siento quebrado en inspiración y en la cartera. La única certeza que tengo es que es necesario pagar la pensión y que no tengo dinero.
La situación, las cosas que pasan, LyFC, dinero que va y viene, pero que no se queda, libros vendidos, una abulia inmensa. Ganas de gritar, contenerse.
No tengo más ganas de nada, harto y hastiado, no encuentro más belleza en el mundo, ni en la mujer ni en el ser humano. No tengo de qué escribir, ya todo se dijo, todo esta dicho, nada hay nuevo bajo el sol que hoy nos hiela con sus tímidos rayos.
Ayer soñé con cuatro leones muertos, cuatro seres enormes majestuosos muertos en un parque y llenos de moscardones verdes, me dolió ver tanta fuerza consumida.
Hoy soñé con un nuevo uniforme, compañeros de trabajo ausentes, mi arresto por llegar tarde ¿tarde a dónde? ¿Al trabajo? ¿A la vida? ¿A dejar de vivir? Y comienzo a dejar de ser, difuminarme despacio, desapareciendo poco a poco entre la luz oscura que nos regala el infierno de tinieblas candentes o la hueva inmensa de un cielo lleno de liras y nubes mullidas, seXXXo (nasturbación) cibernético sin abrazos posteriores, ni caricias ni alientos fétidos a la mañana siguiente. Regreso de la influenza.

No sé de qué escribirles, de compartir una imposible nota de suicidio colectivo o de hacerles un llamado a la nueva revolución, de hablarles una vez más del recuerdo de La Musa, pues ayer comí fresas con crema, o de presumirles la belleza e inteligencia de mi hijo.
No sé qué más decirles, gritarles, tentar al lector que todolocriticaynuncaseparalaspalabrassalvoconunsímbolo o simplemente acostarme a dormir y soñar con una mujer en especial, a quien sólo puedo tener en sueños.
No sé de qué escribir, estoy olvidando cómo hacerlo.
Aullidos cariñosos para ustedes. Cuando muera, espero que me recuerden, aunque eso ya no me importe.