martes, 14 de diciembre de 2010

Otro martes más

El Lobo dice...
Queridas lectoras, amables lectores:
el entrar a esta blog, desde la llegada de Facebook, se ha convertido en una especie de "casa de campo", un lugar al que siempre añoramos, visitamos muy pocas veces al año, pero desearíamos vivir ahí el resto de nuestros días, hasta que los mosquitos, la falta de agua caliente o la aburrición extrema nos hacen abandonar para regresar a la locura cotidiana. Así me siento. Voy desempolvando palabras e ideas, dejando en esta casa el recuerdo de amores pasados y la esperanza de amores futuros, lo lleno de lugares comunes y si es posible dejo un poco más de mi.
La idea de la inmediatez nos ha hecho daño, todos queremos aprender rápido, hacer las cosas rápido, obtener beneficios rápido, y hasta el rapidín lo queremos hacer más rápido todavía. No nos hemos puesto a pensar que en esa búsqueda de ahorro de tiempo, hemos dejado de disfrutar de años maravillosos en la escuela, darnos el tiempo de convertirnos en artistas en lugar de artesanos, que el beneficio pronto es lo anterior inmediato a una resaca o frustración prolongada, y no nos dejamos acariciar como antes, aunque fuera uno, pero completo.
La velocidad se va haciendo lenta, antes, hace un par de años, este era el medio idóneo para un diálogo, tardaban los comentarios, pero los había, actualmente uno se pierde en el Twitter, y te quedas pegado horas esperando a que contesten a tu estado en el face. Soy un romántico, escribiré una carta y esperaré los quince días de entrega y los otros quince de regreso, si es que llega. Ahora me siento en esta sala vacía, llena de objetos cubiertos de polvo y extraño la efímera edad de oro del blog.