sábado, 26 de diciembre de 2009

Centésimo décimo segundo post del año o búsqueda de instantáneas

El Lobo dice...
Queridas lectoras, amables lectores:
Este Lobo está contento, tranquilo y dispuesto a hacer de mi vida algo más que bohemia y recuerdos.
Ya estoy preparando otra manera de escribir estos blogs, concentrar un poco más la atención y no dejar pasar más tiempo.
Las cosas van muy bien, aunque ando adolorido de la espalda; tal vez al sacar el pavo del horno o en completa empatía con mi querida Phabala.
Realmente este blog no tiene mayores pretensiones, al contrario, creo que ha cumplido y bien con lo que es, un sitio para desahogar, comentar y escribir, nada más. Se han dado polémicas, he recibido insultos y mis lectores también, pero es buena señal, al menos me sé leído. Las cosas así son, como son, como creemos que pueden ser y coo nosotros mismos las vamos inventando al pasar, seguimos siendo un cúmulo de seres extraños, nos odiamos y amamos al mismo tiempo.
Cuando las cosas so observadas sin esa intención, descubrimos más de lo que imaginamos en un principio, dejando a un lado los prejuicios y lo aprendido, podemos observar de manera real lo que sucede en nuestro interior y por consecuencia a nuestro alrededor. Imaginemos por un momento que tenemos ante nosotros una serie de fotos instantáneas, de esas que tenían un marquito blanco y que con el tiempo se difuminaban hasta desaparecer. ¿qué veíamos en ellas? ¿qué era lo que nos sorprendía?
En mi caso lo inmediato de la foto, 5 minutos y tenías una foto de mediaa calidad en tus manos, ya sea montado en un caballito de chapultepec o en el atrio de la basílica, en una fiesta o en el centro de la ciudad. se captaba el momento y la pose de la alegría justa o disimulada.
Asi me siento ahora, como esa foto que va perdiendo ese color, esa nitidez, pero que guarda en su interior un momento irrepetible y único, el cual no importa que se deje de ver, porque de todas maneras ahí permanecerá en la memoria de quien escribe.
Aullidos y mis mejores (y más pornográficos) deseos para este 2010*.

P.S. ¡Viva el wii!


* Aplican restricciones.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Centésimo décimo primer post del año O Mamacita ¿dónde está Santo Clos?

El Lobo dice...
Queridas y navideñas lectoras, amables y navideños lectores:
A unas horas de cenar y celebrar el nacimiento de uno de los seres más importantes en la cultura occidental mi casa es un caos.
Parientes acomodados en cuartos ajenos, un pavo cocinado como misa de tres obispos, regalos apareciendo misteriosamente debajo del árbol, iluminado este año, con cuentas de vidrio y mariposas de colores; los aromas que escapan deliciosos de la cocina y los preparativos para una noche tranquila nos van tomando el día.
Durante muchos años, esta fecha en particular me causaba ua desazón y una angustia enorme.
Solíamos cenar en casa de mis bisabuelos paternos, todo era alegría, baile, chistes y mucho alcohol, demasiado en realidad, lo que ocasionaba más de una discusión y el mal temple de algunos familiares terminaba en ofensas y disgustos que duraban todo el año, hasta la siguiente navidad. Todo esto para bailar, cenar, brindar, brindar, brindar y volver a abrir las heridas de la navidad pasada e iniciar nuevas discusiones con un tema antigüo.
El 25 de diciembre, se convirtió en una fecha oscura, en la cual ni las oraciones ni los llantos eran suficientes para sentir nuevamente paz y calma, los juguetes que aparecían en el árbol regalo de Santa Clos, el Papai Noél o el niño Dios, se convertían en una tabla de náufrago y el juego en evasión a los ronquidos y los malos tragos de la madrugada. En cuanto se despertara mi papá iriamos al recalentado, yo simplemente temblaba.
Una vez en casa de mis abuelos o de mis bisabuelos, el glamour de la noche anterior se trocaba en esa sensación de tristeza, no siempre acudíamos quienes una noche antes habiamos cenado, pues algunos se habían ido, otros con un ojo morado o llorando en la sala. La basura generada por los regalos abiertos y los vasos de ponche abandonados en las escaleras o en los quicios de las ventanas, una mosca verde y enorme paseando por los restos de una pierna de pavo colocada junto al descansabrazos del sillón y copas y vasos vacíos, muchos.
Los niños saliamos a jugar con los nuevos juguetes, discutíamos cuál sería la base rebelde y cuál la estrella de la muerte, o el castillo Grayskull o la aldea de los pitufos, jugabamos y nos manteníamos ajenos al drama de los adultos.
De repente escuchabamos que en la sala alguien levantaba la voz, mi abuela lo secundaba, mi mamá nos gritaba que bajáramos y que agarráramos nuestars chamarras; habían seguido con los brindis, bebiendo y al tratar de sanar las heridas, algo hacía que se abrieran nuevamente, todos los adultos estaban lastimados.
Mi mamá manejaba, mi papá nuevamente borracho se hacía el gracioso o nos regañaba, molestaba a mi mamá que no sabía manejar, que no podía ni siquiera hacerse cargo de la casa, que su hermano era un jodido; sus ojos cristalizados por algo que no alcané a comprender hasta que fui adulto.
Hoy la navidad es diferente, mi papá ya no está con nosotros, ahora la cena es en nuestra casa, mi Lobito y sus primas son el centro de atención y regalos. Aunque brindamos, en realidad no tomamos demasiado. Mis hermanos y yo recordamos las partes bonitas de las navidades pasadas, los juguetes deseados y los juegos compartidos de aquellos entonces, las bromas de mi papá y los platillos que ya no volveremos a probar. Yo soy quien parte el pavo; nos reimos y jugamos a ser Papai Noél, Santa Clos o el Niño Jesús; cenamos rico y brindamos por mi mamá, por mi papá y por quienes nos acompañen esa noche, por nosotros. Porque a pesar de haber sido heridos, no hacemos supurar esas heridas y vemos como cada año cicatrizan mejor.

Miles de aullidos y mis mejores deseos para ustedes.

P.S. ¡FELIZ NAVIDAD!

martes, 22 de diciembre de 2009

Centésimo décimo post del año o A preparar las fiestas

El Lobo dice...
Queridas lectoras, amables lectores:
Fue un fin de semana tranquilo y lleno de sorpresas. Como saben, fue la reunión blogger-twittera la cual se llevó a cabo en en centro, en la casa de los azulejos. Un lugar hermoso, gente maravillosa y plática encantadora.
Acudieron a la cita rostros nuevos, gente inteligente y entusiasta a dejar por unas horas el mundo virtual y presentarse en 3D.
Dejamos atrás poses, y decidimos compartir un poco de la solidez con nuestros, hasta ese momento, ficticios amigos, los cuales se transformaron en realidad.
Me quedé esperando la presencia de algunos compañeros, como CARLANOCHE y EL DR. GURMA, ah y la de un pobre bravucón de quinto patio, quien había amenazado en "Partirme=la=madre" (de lengua me como un taco, so hocicón).
La cosa se puso buena, llegué cerca de las diez de la mañana, ya se encontraban algunas de mis más queridas amigas en esta vida y en la vida virtual.
Fue un domingo muy bueno en general, del desayuno a las compras y de las compras de gorrón a una carne asada. Me consintieron con vino de Napa y cervezas al por mayor. No se imaginan cuánto se me antoja una de esas sesadillas doraditas, estaban del puro 10, además de la amabilidad de un grupo de ingenieros amigos de mi querida Phabala.
Antier fui a recoger a mi Lobito, está emocionado por las fechas, por los futuros regalos y no se esta quieto ni un solo minuto. Me encata verlo así.
Independeientemente de la creencia de cada quien, esta época nos regala eso, la alegría de esperar, con ojos de niño a que llegue un día único. Ya sé que no faltarán los amargosos, jodidos o jodedores de la vida ajena que digan que es una fecha dedicada al consumismo y les daré toda la razón, y en eso se basa el dar y el recibir. Por lo pronto ya tengo los regalos de mi hijo bajo el árbol, afortunadamente sí hubo de dónde.

Aullidos para ustedes. FELICES FIESTAS!!!