domingo, 25 de octubre de 2009

Centésimo octavo post del año o Sentí frío, un inmenso e intenso frío.

El Lobo dice...
Queridas y melancólicas lectoras, amables y melancólicos lectores:
El morbo y el deseo de escuchar esa voz ajena a mi me hicieron sucumbir.
Llamé, con el alma en un hilo telefónico de por medio, a La Musa. Ella respondió, la nariz congestionada y la voz ronquita, sexy. Algunas mariposas revolotearon frenéticas en mi estómago. La charla banal, el ¿cómo estás? Solamente de mi parte, ganas de decirle lo que sigo sintiendo, tanto que me ha hecho falta (o pienso que lo ha hecho) y pasaron no más de tres minutos, un tiempo imposible de creer y colmado por una helada voz, sin mayor emoción, sin la chispa que me hacía suspirar; silencios incómodos.
Las mariposas se congelaron lentamente, una a una cayeron hasta ser expulsadas por una parte de mi anatomía ya no tan romántica.
Colgué.

Duele, pero no me quedé con las ganas.

Sana sana, colita de rana, si no sana hoy ¿cuándo putas madres lo hará?

Aullidos de atrevimiento para ustedes.

P.S. ¿por qué está haciendo tanto frío en octubre?