El Lobo dice...
Queridas y abandonadísimas lectoras, amables y abandonadísimos lectores:
He estado alejado del blog, un autoexilio impuesto por el mal de amor. Pero ya pasó, me enamoré y no es que me haya desenamorado, pero simplemente me di cuenta que soy demasiado quisquilloso en esto de las parejas.
Un posible malentendido y la relación, que pintaba para más, quedó destinada al abandono. Ni modo, no es la última vez que me suceda. Sin embargo, es maravilloso el poder compartirlo con ustedes, especialmente sin el toque amargo del rompimiento. Somos amigos ahora, buenos amigos, como tal vez debimos de habernos mantenido, lamentablemente me clavo,me entrego y pido lo mismo, en esta ocasión no fue así. De cualquier manera es justo agradecer el tiempo compartido, las tres o cuatro lunas que nos acompañaron en noches de bohemia y sorpresa manifiesta, los besos dulces y sobretodo tu ahora invaluable amistad. ¡Gracias!
Pasando a otras cosas, retomo en noche de Luna llena este blog, con dos propósitos. Aullarle al recuerdo y compartirme de nuevo con ustedes. No hay mucho que platicar, salvo que ya tengo (nuevamente) trabajo fijo, que lo disfruto como jamás lo hubiese imaginado y que he estrechado lazos con gente a quien quiero y admiro, además de ser querido, temido y respetado. ¿qué más podría pedir? Me doy cuenta que he encontrado o reencontrado mi vocación, a casi veinte años de distancia, pero también me doy cuenta que de no haber pasado todo lo que he vivido, probablemente mi desempeño sería poco menos que malo.
Por otra parte, he iniciado mi novela (again) y esta vez espero que vea la luz antes de fin de año, al menos el borrador, ya que me di cuenta que me había dormido en mis laureles. Así pasa.
Pues bien mis queridas y amables lectores, ¡este Lobo esta de regreso!
Aullidos llenos de luz lunar para ustdes.
