viernes, 9 de enero de 2009

Cuarto Post del año o lo que se va filtrando en mis letras

El Lobo dice...
Queridas lectoras y amables lectores:
Desde el día de ayer me puse a pensar en varias cosas, principalmente después de haber concluído el post "desempolvado" y hacer una pequeña revisión por los posts anteriores, ahí me di cuenta que muchos de ustedes sin conocerme en persona, me conocen aún mejor que mucha gente cercana, y no es por lo que escribo, mejor dicho, por lo que dejo de escribir.
Es lo que nosotros le llamamos a "escribir entrelíneas", que una idea pueda escurrir delicadamente entre las palabras que vas dejando, mostrando tus deseos, tus miedos, tus alegrías o tus molestias.
A eso me refiero con que me están conociendo más de lo que en una muestra cotidiana se encuentra.
No me arrepiento, al contrario, este efecto de irme desperdigando en bits y bytes, me ha enseñado muchas cosas, los he hecho reír y al menos eso creo, los he hecho meditar algunas cosas, de eso se trataba desde un principio, aunque no lo haya descubierto hasta hoy.
Al continuar casi a diario con este blog, voy teniendo un crecimiento personal, comparto y me entrego en mis letras, en mis secretos, en mis anécdotas y recuerdos.
No creo que el lenguaje haya sido problema, ni la sintaxis, ni los hilos conductores del relato que les regalo, al contrario, creo que nos hemos estado entendiendo muy bien, en parte porque me tienen paciencia, en otra, porque ya le he estado agarrando el truco.
Seguiré escribiendo ciertas cosas que puedan causar pena ajena, que los hagan reír, pensar y continuar a contar cosas que comparto con mucha gente, aunque no lo admitan, convertirme en reflejo de lo que soy para que alguien más se refleje y así sucesivamente.
Mientras tanto sigo agradecido por sus comentarios y sus visitas, espero que este 2009 me sigan acompañando, pues sin lectores uno se vuelve mudo e invisible.
Aullidos catárticos para ustedes.

P.S. ¿continuarán los P.S.`s?

jueves, 8 de enero de 2009

Tercer Post del año o a desempolvar los posts que no vieron la luz.

El Lobo dice...
Queridas y admiradas lectoras, amables y estimados lectores:
Ya de regreso en Chiapas este Lobo ha retomado muchas cosas, la lectura, las reuniones con el Movimiento Ciudadano por la voluntad de la Cultura, repartición de Currículums, y el leer y comentar en blogs amigos.
Entre tantas cosas ya se están preparando unas presentaciones para mi libro en esta Ciudad de Tuxtla Gutiérrez y es cosa de ponerle fecha, lo cual en un rato más iré a ver, pero como ando un poco seco estos días readaptándome y dejando que el Ruffus también lo haga, tuve que pedir ayuda, precisamente eso me llevó a solicitar alguna sugerencia para escribir el día de hoy y éste es el resultado.
Como publiqué en algún post anterior, retomaré tres temas para publicar esos borradores. Así que este post será catalogado XXX, y en el cual se sugiere leerlo al lado de un adulto.

"Las razones por las que no me gusta el sexo oral"
Sé que es un tema harto complicado, a muchos de mis congéneres les gusta y lo disfrutan, no existe una buena secuencia en cualquier filme porno que se precie de serlo en la cual se deje a un lado la estimulación genital masculina mediante el acariciamiento oral por parte de una o dos o tres mujeres de voluptuosas formas, o desde que uno tiene uso de razón utiliza la palabra "mamada" con un dejo de ambigüedad, ya que significa la mencionada estimulación o alguna chingadera o situación poco creible o la exageración de la mencionada situación. Lo que me lleva a las siguientes cavilaciones:
1.- Ésta caricia íntima en particular, puede resultar increíble (ya sea en su sentido positivo o negativo)
2.- Una estimulación oral puede ser muy perjudicial (de ahí la chingadera)
3.- Dicha satisfacción en algunos casos la exaltación fantástica de quien la desea y de quien la otorga.

Pues bien, en mi caso creo que es más por la chingadera que no disfruto el sexo oral, pues hace algunos ayeres (siendo un prepúber) vi la película "Doce del patíbulo" y en una de las escenas que más me impresionó un soldado alemán sometía a una campesina a proporcionarle dicha satisfacción, lo cual recuerdo me excitó bastante, ya que en un mismo momento ese sometimiento me resultó excitante, pero segundos después, cuando el germano estaba con los ojitos de huevo cocido, ¡Ñacas! la chamaca de vestido rasgado y un seno al aire, le mordía el miembro y lo escupìa a un lado; el otro pobre y eunuco soldado, caía sobre sus rodillas desangrándose mientras la muchacha, una auténtica "devoradora de hombres" huía del establo.
No recuerdo muy bien el resto de la escena, pero me impactó muchísimo, de ahí que siempre que recibo semejante atención me siento bastante incómodo, lo cierto es que la primera vez que me regalaron (todo lo sexual para mi representa eso, un regalo)un felatio, fue muy distinto a lo que había imaginado, escuchábamos un CD, del grupo country "Caballo dorado" y mi amiga me hizo subir al cielo casi completamente vestido antes de escuchar ·Payaso de rodeo". Lo que significa que ya he tenido la experiencia y no es del todo un miedo patológico que me impida disfrutarla, más bien una inseguridad propia y que no tiene nada que ver con la amable y delicada voluntaria que se ofrece a regalarme una de las sensaciones humanas únicas.

Ahora bien, en lo particular me encanta otorgarlo, el regalar un cuniligus es para mi un palcer, y como lo he mencionado un delicioso regalo, pero es otra historia.
Pues bien mis queridas lectoras y amables lectores, ahora que lo comparto con ustedes, ya no me parece tan atemorizante, así que con gusto acepto voluntarias.

Así les dejo la historia detrás del mito, y un pendiente menos con el cual lidiar en mi día a día.

Aullidos y cariños orales para ustedes.

P.S. Los eufemismos fueron necesarios para redactar la entrada anterior.

lunes, 5 de enero de 2009

Segundo post del año o lo que debemos cuidar.

El Lobo dice...
Queridas lectoras y amables lectores, les deseo una magnífica semana llena de satisfacciones.
Este Post originalmente lo inicié el día dos de enero, ya había escrito algunos párrafos, los guardé y hoy no encontré nada de lo escrito, así que tendré que darle otro trato a las palabras.
Ya estoy hasta el tope de la incertidumbre, del miedo que los medios, correos cadena y demás formas de comunicación nos han contagiado. Hoy, a alguien muy cercano a mi le dieron las gracias en su trabajo, ni compensación ni nada por trabajar por honorarios, sin chamba y con hartas cosas que pagar, sentí muy feo, ayer platicábamos la posibilidad de que esto sucediera. Hoy lo confirmó y para mi sorpresa ella lo tomó con muy buena filosofía. Al final del día hay más posibilidades de hacer más cosas, y se llevó a sus hijos a cortarse el cabello y hacer juntos la tarea.
Lamentablemente creo todos hemos pasado por eso, y quienes no lo han experimentado, puedo asegurarles que es una amarga experiencia de autoconocimiento, pero mucho muy enriquecedora. Recordé el aceite de hígado de bacalao.
La cosa es que, sí es cierto que es duro quedarse sin trabajo, el año pasado pasé por algo así, y a mediados del año pasado nuevamente experimenté esa sensación. Sin embargo, después de esos tragos amargos, me sirvieron para enfrentarme una especie de Ego trip, a buscar otras opciones y gracias a Elena a principios de año y gracias a mi mismo al siguiente semestre, pude catalizar esa amargura en una nueva oportunidad.
Hoy vivo contento y extrañando a mi Lobito, pero sabiendo que gracias a esa nostalgia de estar con él, él puede comer, vestir y tuvo regalos en Navidad y Reyes, eso es la mayor satisfacción.
De hecho una cosa me está llevando a otra y hace unos momentos platiqué con mi querida 4L sobre la felicidad, de hecho concluyó que la felicidad es diferente para cada quien, y me encantaría agregar que lamentablemente nos hemos hecho a la idea que la felicidad es lo que los medios quieren que sea.
Para mi la felicidad no es un estado contínuo, pero sí que experimento constantemente, es una emoción que te hincha el pecho y hace que tengas ganas de llorar, de reir y gritar al mismo tiempo, de compartir ese júbilo que te llena y te hace dar gracias a Dios de estar vivo y sentir esa sensación.
Eso me pasa cuando veo a mi Lobito contento, o llorando y secar sus lágrimas y apapacharlo, cuando disfruto un nuevo alimento o un atardecer o un amanecer claro o nublado, cuando huelo a una mujer diferente, al ver la Luna o al leer un pasaje de un libro que me emocione o al saber que alguien ha leído lo que escribo, al tener un orgasmo largo y placentero o al despertar y recordar que tuve un sueño erótico con...
Eso para mi es la felicidad y pienso tenerla a bonches este año, pues por lo que a mi respecta la felicidad depende de cada uno de nosotros y entre más gente felíz exista sobre la faz de la tierra, la vida será más placentera para todos.
No soy Toño Esquinca, ni pretendo serlo, simplemente deseo que puedan experimentar esa alegría, ese regocijo, ese éxtasis mítico que te hace sentir que levitas y te acercas a tu creador.
Aullidos felices para ustedes.
P.S. Tampoco soy Bob Ross.