jueves, 1 de mayo de 2008

FELIZ DÍA DEL NIÑO

Queridísimas niñas y estimados niños.
Ayer fue un día especialmente maravilloso, la estoy pasando con el niño más importante en mi vida, recibí muchos mensajes felicitándome, y tomé una hora magnífica (llegué tarde a causa del tráfico) en mi Taller.
Aprendo que cada momento es exacto. Cada situación es precisa y que en cualquier momento puede cambiar.
Así es la niñez, juegas foot ball o a las muñecas, eres a quien escogen al último, paseas sin mayores preocupaciones, creces.
La niñez, a mi modo de ver es un invento de los adultos, como mamás o papás solteros, tratamos de suplir las carencias de nuestros vástagos con regalos, idas al cine, paseos, etcétera. Pero poco a poco les ahorramos el esfuerzo y les dejamos un déficit emocional muy grande, un tolerancia baja o nula a la frustración y los convertimos en innaguantables tiranitos.
Sé que es difícil educarlos de otra forma, queremos compensar la ausencia con cosas materiales, queremos curar las culpas dejándonos mangonear por ellos, cumpliendo sus caprichos y peticiones. Aunque a las solicitudes más importantes ni siquiera les prestamos atención y esta simple solicitud es básica TIEMPO CON ELLOS.
Así es, dejemos nuestros complejos de culpa a un lado, disfrutemos el tiempo que pasamos con nuestros cachorros, compartiendo un rato sus juegos, dejándonos convencer y prestándoles atención a lo que nos platican, antes que esa vía de comunicación esté lo suficientemente adelgazada como para romperse.
Abracen a sus niños y si no los tienen, pidan ser abrazados y ¿por qué no? pedirles a ellos que nos den un abrazo.
Mi cachorro crece muy rápido, yo crecí muy rápido pero sé que para mis papás sigo siendo su niño (aunque no me lo demuestren).
Como les dije, la infancia es el invento de adultos como yo que desean arrancar sonrisas a los niños.
Por cierto, no escribí ayer (además por lo que ya les platiqué) porque pasé cuatro infames horas en el tráfico, llegué cansado, pero bañé y le preparé un sandwich a mi cachorro y vimos la tele. Él me reclamó con justa razón mi ausencia, me partió la madre, pero afortunadamente también esas heridas se curan rápido, sabiendo que remedio usar.
Gracias y disfruten este mega puente, disfruten a sus cachorritos, disfruten a ese niño interno que ahora tienen la oportunidad de sanar, apapachenlo, llévenlo al cine, invítenle un helado, un dulce, un juego.
Nosotros crecemos, pero ese niño no y si por desgracia sufrió de abusos cuando no podía defenderse, ahora nos tenemos a nosostros mismos para hacerlo, cúrenlo, ámenlo, protéjanlo. No se puede cambiar lo que sucedió, pero en ustedes queda la elección de acumular resentimientos y transformarlos en cáncer, tal vez, si escuchamos con cuidado, sea precisamente nuestro niño quien nos salve. Presten atención, los niños siempre dicen la verdad.

No tengo más que aullar, por el momento.


1 comentario:

Unknown dijo...

Lo mejor de la infancia es compartirla con nuestros propios cachorros. A comer helado y a llenarse de tierra, que nada nos cuesta.