miércoles, 17 de diciembre de 2008

Desatinos controlados

El Lobo dice...
Queridas lectoras, amables lectores. Los recibo gustoso como siempre, en este espacio que está a punto de irse de vacaciones.
Antes de las despedidas, quiero platicarles que ayer nuevamente escuché ruidos extraños en el departamento de arriba, una discusión, algunos pataleos, tosidos y tacones de un lado a otro, puertas azotándose y peticiones en voz alta para que la vecina bajara la voz.
Es extraño como cambia la conducta humana en 24 horas, a menos que el objeto del reclamo haya sido que mi vecina NO haya sido quien acompañó al vecino la noche anterior. Y eso me lleva a la segunda reflexión. ¿por qué somos los hombres TAN inocentes? A esa cuestión tan antigüa como la humanidad misma no he podido encontrar una respuesta digna, pero sí me atrevo a compartirles tres hipótesis.
1.- No lo hacemos por maldad, simplemente nos gana el impulso.
2.- Uno es un crítico de la naturaleza humana y siempre anda comparando.
3.- De plano sí somos bien pendejos.

Independientemente de la respuesta o de las hipótesis de cada quien les sugiero que nos tengan paciencia, en verdad no lo hacemos por "maldá".
Para muestra un botón:
Ayer mandé un correo en el cual se advierte de una nueva forma de extorsión y secuestro express, aunque ahora que lo medito, ese plan tiene ciertos huecos, se lo mandé a la gente que vive en la ciudad de méxico y puede sufrir ese tipo de engaños, la cosa es que se lo mandé a mi ex, y en la lista de contactos también aparecía una ex (Musa en este caso), así que recibí un airado y con toda razón agresivo correo por mi "buena acción", ni modo, ni para dónde hacerse.
La cosa es que me puse a reflexionar en todas las ocasiones en las cuales cometí estupideces por omisión, o por haber cometido un "desatino controlado" je je je.
Ni modo, ni arreglo.
Pues esto es casi todo por el momento, creo que las vacaciones iniciarán mañana y regresaré seguramente el 27 o 28 de diciembre, mientras tanto les dejo un abrazo enorme y todos mis mejores deseos para ustedes. Sé que el año que viene siempre será mejor, como lo dijo mi hermanito Hugón, hasta el peor día de tu vida nada más tendrá 24 horas, una paráfrasis libre de sus palabras por supuesto.
Algo estoy olvidando. Ya recordaré.
Aullidos y abrazos navideños para ustedes.

P.S., ya les platicaré de los vecinos.

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