Para escribir hay que atreverse, es fácil si vas juntando una palabra tras otra y después otra más. No es necesaria, tal vez, si no un poco de inspiración. Recibir a las Musas como las diosas que son, y tratar de seducirlas, de mimarlas, de saber que estarán contigo una o más noches, que estarán contigo en los momentos menos esperados, diosas de formas efímeras y dulces, como el recuerdo de un beso recién dado.
Ahora me visitan y deseo dedicarles este pequeño tributo a ellas, pero especialmente a Clío, y también una sincera disculpa, la mereces y no tenías por qué haber recibido ese descuido.
Ahora que regresaron, se los agradezco. Las amo, y no sería nada sin sus caricias, sin sus suspiros en mi nuca, sin sus manos guiándome a precipicios de miedo y amor.
5 comentarios:
pues que te puedo decir solo que esta bien bonito y que ojala pueda seeguir leyendote y conociendo te ya que es todo un placer
Publicar un comentario