Ayer fue como casi cualquier domingo; nos levantamos tarde, le llevé su desayuno a la cama y le dejé ver lo que quisiera en la tele, que disfrutara su último día de vacaciones. El Lobito, por supuesto se dejó apapachar por su apá, está creciendo, muy rápido. Comimos rico, una comida clásica de domingo huevón, Pizza y para "matar saudades" "pao de queijo" del Sam´s; sumamente recomendables ambos productos.
Se acercaba la hora de dejar al Lobezno con su mamá y darle un aventón a mi hermano a su nueva residencia; le había prometido a Ele que la ayudaría a colgar unos cuadros y despues de dejar tanto al Lobato como a mi carnaval, acudí en su ayuda.
Lo que sucedió cuando llegué:
En casa de Elena se encontraban tres bellas damas, elegantes, ceceando y acomodando los cuadros, la casa se veía diferente, ya con sus paredes pobladas de arte. Las tres bellas damas son la abuela la tía y la mamá de Ele, las tres guapas y animosas, por un momento me sentí como en aquelarre (sin las partes escabrosas), les ayudé a terminar de colgar cuadros (quién me viera) y al terminar las señoras se despidieron muy afectuosas y muy amables las tres, yo contento del trabajo realizado, conocer a la familia siempre es difícil.
Después de la ardua tarea, nos encaminamos hacia los míticos tacos del "Chupacabras", ricos, bien servidos pero como dijo mi hermano Hugo, -les hace falta variedad (sic). la onda es retacarlos de nopales, papas, cebollitas sancochadas, frijoles, salsas etc. y pa´dentro. Nomás me comí cuatro (convertidos en ocho por supuesto) y nos regresamos a su casita, un rato después de platicar y apapacharnos un poquitín, me fui a mi casa, contento, con la panza llena y con un apretón en el corazón.
Me dormí a las 3 de la mañana, jugando D&D, tengo que hacer algo con esa adicción, me ataruga todo al día siguiente.
Hoy no hay reflexión, no hay sermón, simplemente se disfrutó el domingo y este lunes se piensa disfrutar iguanas ranas.
Sin más que contar, me despido un rato. Reciban mis aullidos, que nada les cuestan.
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