sábado, 29 de marzo de 2008

Saturday nigth fever

Sigo escuchando la música de ayer, y me encanta esa música, crecí con Radio Universal (ahora Universal Stereo) y recuerdo a mi papá batallando con los calcos (cartas militares elaboradas con papel albanene y tinta china) y yo con los palitos y las bolitas, cursaba la preprimaria y mi papá el primer año de la Escuela Superior de Guerra. La música son recuerdos, los aromas despiertan en mi mayores recuerdos aún.
Hoy sucedió otro reencuentro, digamos que salí con mi primera Musa, y hay recuerdos que definitivamente deben permanecer así, digamos que está hablando mi parte romántica, pero al platicar con ella, al estar con ella, al no percibir su mismo aroma de aquellas veces en las cuales nos amamos, una mezcla de sándalo y mujer acariciada, fue algo común. Digo que fue maravilloso encontrarla nuevamente, volver a verla, pero gran parte de esa magia ya no estaba. En alguna ocasión me comentó que desde que falleció su Mamá, ya no usaba el sándalo, su hermosa, larga y negra cabellera se redujo hasta unos tres dedos debajo de la oreja y adquirió un color colorado, sus uñas cortas y un bebé de casi once años. Yo también cambié, mucho menos pelo, más sonriente. Pero algo jamás ha cambiado en mi, sigo siendo un puto romántico.
Comimos juntos, platicamos realmente poco, pero nos vimos, no hay decepción, simplemente hay realidad (nuevamente) las gentes cambian, las Musas no deberían hacerlo, es injusto para sus adeptos.

VEZOZ I HAUYIDOZ PARA UZTEDES

1 comentario:

Cuatroletras dijo...

Si la musa es eterea no cambiara.

Pero las musas seres humanos cambian inevitablemente.

Sabes que es lo peor, cuando se alejan, en mi caso conservo lo que vivì como un recuerdo intocable.

En este momento le escribo a ese que fue parde de mi inspiraciòn y creaciòn por mucho tiempo, la lluvia siempre me hace lo mismo.

Un saludo